Partida aprendizaje Bolt "la llanura de Catania"

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theodrid
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Partida aprendizaje Bolt "la llanura de Catania"

Mensaje por theodrid » Mar Mar 29, 2016 9:22 am

El viernes 1/4, a las 22:30 en el club se jugara al Bolt Action ww2 28mm

una partida aprendizaje basada en la batalla en Sicilia, en Catania Julio 1943

pasaros a participar, el VIII britanico, frente a los germanos

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el VIII Ejército británico, que marchaba por la carretea de la costa oriental, constituía una gran amenaza para Messina, los alemanes concentraron frente a él su mayor potencial. Además, el terreno se mostraba favorable a la defensa. Fuertemente atrincherados en el monte Etna, de 11.000 pies de altura, los alemanes dominaban la llanura de Catania y desde su emplazamiento contuvieron a Montgomery durante tres semanas. Reforzado con tropas de montaña, Montgomery lanzó su flanco izquierdo a las laderas occidentales del monte Etna e inició la marcha por la carretera interior que iba desde Adran a Messina, mientras su flanco derecho avanzaba por la carretera costera del lado oriental de la montaña.


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Aunque inferiores en número, los alemanes ofrecieron una dura resistencia, disputando el terreno palmo a palmo e intentando sacar de Sicilia el mayor número de tropas. Tan resuelta y tenaz era la firmeza, que Patton se vio varias veces obligado a flanquear la retaguardia mediante desembarcos a espaldas del enemigo. En uno de éstos realizado en Brolo, Jack Belden describe cómo fue rota la resistencia enemiga:

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Escalamos los empinados lados de nuestros "patos" (embarcaciones de desembarco) y sobre ellos, semejantes a bomberos encaramados en un peldaño de escalera, aguardamos a que nuestra embarcación estuviera más cerca de la costa. El aire era sofocante. Un hombre vomitó. Esto me recuerda cuando solía beberme el quita barnices, dijo una voz, pero nadie se rió.

En la densa oscuridad no veíamos nada, sólo una lucecilla que pendía sobre nosotros en la negrura. En este instante hubo un sonido ahogado de un mecanismo en marcha. La gran puerta de rampa se abrió ligeramente. Un recuadro de luz gris se deslizó dentro. Sentados, sin perder de vista el reguero de luz, que iba haciéndose mayor, nos preguntábamos qué habría detrás de aquella puerta que descendía lentamente... Ahora dirigimos la mirada hacia las estrellas. A continuación vimos el pico escarpado de Monte Brolo, las crestas más bajas de las colinas, la húmeda boca del mar.

Nuestro "pato" se deslizó hasta el agua y nadó sin esfuerzo hacia la costa. El tubo de escape bajo el agua apenas sonaba. Cerca, un destructor apuntaba con sus cañones, amenazantes y silenciosos, pero dispuestos al disparo. Le echamos una mirada de agradecimiento y seguimos adelante.

En la playa brillaban dos luces amarillas como dos estrellas errantes. Nuestros ingenieros habían marcado bien la meta y nos dirigimos confiados hacia ella. Entonces, en una parte de la isla, una lluvia de chispas salpicó la negrura de bolas rojas y naranjas. ¿Eran explosiones nuestras o del enemigo? ¡Que importaba! La sorpresa había desaparecido.

Paramos el tubo de escape. Los motores rugieron abiertamente. Nuestros "patos", salpicados de espuma se lanzaron contra la playa.

Con una agitación instantánea se levantaron sobre el agua y sacudiéndose la espuma, avanzaron hacia tierra seca. Eran las 3,15... ¿Salten! ¡Salten!, gritó el mayor Fargo, jefe del batallón. Dimos un volteo hasta caer a tierra.

A ciegas, arando la arena con nuestros pies seguimos a Fargo. Las alambradas nos agarraron. Las tijeras comenzaron a funcionar, nos libramos de ellas y proseguimos la marcha.

Me agaché cuanto pude para no destacar mi silueta. Crucé un embarcadero ferroviario. Me deslicé por un jardín. Hice como si caminara por una cuerda floja. Había que mantener el equilibrio. Reprimí un deseo de reír. Tal vez me estaba volviendo loco a causa de la guerra.

No tardamos en llegar a un limonar. Las siluetas revoloteaban en la oscuridad. Se oían susurros: ¿Dónde está la compañía G? ¿Dónde la compañía F? ¿Dónde la carretera? ¿Y la colina? ¿Sigan moviéndose! Torcimos hacia la derecha, e hicimos alto ... Al girar bruscamente hacia la izquierda, por donde habíamos oído el murmullo de figuras en movimiento, nos topamos contra una línea de alambradas. Al detenernos silbó sobre nuestras cabezas un disparo de fusil. Instantáneamente empezaron a sonar tiros por todas partes. ¿Eran nuestros o del enemigo? ¿Qué más daba! Cualquier bala podía matarnos.
Nos echamos a tierra. Un sargento llamado Daily que se había unido a nosotros cortó un trozo de alambrada. Nos deslizamos por debajo de ella y no refugiamos tras un muro de piedra. Ya no sentía ganas de reir.

"¡Pap, pap, pap!", se dejaba oir un sonido en movimiento por la carretera. Una motocicleta. Instantáneamente abrieron fuego los fusiles desde un lado de la carretera. Los neumáticos chillaron sobre el pavimento pétreo. Un motor sonó a toda marcha, luego se extinguió.

Ahora rugía hacia nosotros el sonido de varios motores. Esperamos emboscados bajo el muro, tensos y silenciosos. Como un fuego crepitante, los fusiles y ametralladoras hendían el aire. Amparados por las ráfagas luminosas de las balas trazadoras, pudimos ver radios de ruedas y los fogonazos rojos de los proyectiles que pasaban a través de ellos.

Una explosión más fuerte sacudió el muro donde nos apiñábamos. El teniente Thomas Rodgers estaba disparando su arma antitanque. El resplandor de una llamarada despejó la oscuridad, dejando ver un camión escorado y el rostro despavorido de su conductor.

Luego, la oscuridad de la noche ahogó la llamarada y en las tinieblas, se oyó una colisión, cristales rotos y el alarido de un hombre.

La noche estaba llena de gritos, balas y figuras en movimiento. Imposible saber lo que sucedía. Un soldado puso su mano sobre el hombro de alguien y preguntó ¿A qué unidad perteneces? Una voz contestó Mein Gott. Sonó el disparo de una pistola, un grito y el estertor de la agonía.




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500 ptos por jugador, pasaros a jugar nosotros ponemos las minis, en breve fotos aereas de la contienda
Yo soy el martillo. Soy la mano derecha de mi Emperador, el instrumento de Su voluntad, el guante que protege Su mano, la punta de Su lanza, el filo de Su espada....

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