RESULTADOS DE LAS GUERRAS DEL MEDITERRANEO

Juego de miniaturas históricas
Avatar de Usuario
diegorg
Dictador
Dictador
Mensajes: 3352
Registrado: Mié Dic 17, 2008 7:42 pm

Re: RESULTADOS DE LAS GUERRAS DEL MEDITERRANEO

Mensaje por diegorg » Jue Jun 28, 2012 9:16 pm

la batalla del ponto

la presion ejercida por el nuevo imperio romano hizo que la tribu gala de los venetos, tubiera que realizar una migracion hacia el este buscando la region de los galatas, quienes compartian cierta relaccion,pero para poder alcanzar dichas tierras deberian de defenderse de un nuevo enemigo , el imperio seleucida.

ambos ejercitos se enfrentaron en uno de los pasos de la region del ponto, el astuto lider galo sabia que tendria cierta ventaja si luchaban en un terreno montañoso ya que contaba con la ayuda de unos mercenarios iberos capaces de emboscar y hostigar al enemigo.

el ejercito seleucida desplego en su flanco derecho sus temibles carros falcados, junto a una unidad de catafractos y apoyados por una falanje de picas y por los temibles argyraspides,ademas de los famosos elefantes, en el centro mas falanjes y en el flanco izquierdo el resto de argyraspides,catafractos y la elite seleucida los agema,apoyados por thorakitai,protegiendo el avance dos columnas de honderos, miseros pueblerinos armados con piedras.
el general galo desplego su campamento protegido detras de la espesura del bosque,a su flanco izquierdo la nobleza gala en sus carros y en sus caballos, en el centro hostigando y emboscando los mercenarios iberos y en el flanco derecho el grueso de los guerreros con alguna que otra unidad de hostigadores

la batalla comenzo muy bien para los galos porque de forma astuta una columna de caballeria hizo desaparecer a los carros falcados y dio la ventaja en el flanco izquierdo, el avance seleucida era lento por la presencia de los iberos, quienes se desplazaron para atrapar a los elefantes en una lluvia de dardos, el flanco derecho era sin duda el mas debil , pero valerosamente los guerreros galos fueron capaces de desacerse rapidamente de los nobles seleucidas, todo pintaba bien,la debilidad de la inesperencia de los generales seleucidas , su prepotencia y desprecio por la tribus galas iba a ser sin duda su perdicion, pero un golpe afortunado al caballo de un general galo hizo que este se tropezara y cayese del caballo partiendose el cuello y quedando el flanco izquierdo sin un lider que condujera a la caballeria donde era preciso, finalemente los argyraspides llegaron a la altura de los guerreros y estos no podian aguantar mucho tiempo , su unica esperanza era hacer desbandar al ejercito seleucida antes de entablar el combate, justo cuando empezaron a retroceder , las buenas noticias llegaban los soldurii galosestaban barriendo las falanjes, la victoria era inminente.

pero los dioses son caprichosos la preciada victoria y con ella la esperanza de una tierra donde vivir se desbanecia con la presencia de una inesperada niebla que impidio que se siguiera luchando y con ello los ineficaces generales seleucidas salieron con vida de la batalla
hoy lo veo mas claro que nunca, no hay nada como disfrutar de los placeres que da una vida sencilla

Imagen
http://www.pintamosminiaturas.com

Avatar de Usuario
espliego
Auxilia
Auxilia
Mensajes: 96
Registrado: Mar Jul 21, 2009 3:07 pm

Re: RESULTADOS DE LAS GUERRAS DEL MEDITERRANEO

Mensaje por espliego » Lun Ago 06, 2012 11:52 pm

Batalla junto al Limes del Rin

Salve Imperatur

Las lluvias torrenciales provenientes de Germania han cortado durante varios días la comunicación de lo cual proviene nuestro retraso. Informamos tan pronto como el camino ha vuelto a quedar abierto del fin de la rebelión de los Galos no cabelludos de Legatrix, comandada por el caudillo Diegotrix.

Los barbaros galos, que jamas tuvieron oportunidad alguna frente a nuestras legiones atacaron nuestras posiciones junto al macizo del Rur. Al ejercito enemigo, compuesto por 7000 galos a pie, 1000 jinetes pesados y 200 ligeros, y 300 carros de guerra se le había unido un grupo de 3000 miserables Iberos que mejor hubieran hecho quedandose en casa. Junto a ellos otros 2000 infantes ligeros buscaban con sus proyectiles acabar con nuestra moral. Nuestras tropas estaban compuestas por 3 legiones veteranas con un total de 5000 hombres junto a 2000 Auxiliares y otros 2000 Arqueros. Nuestra caballería estaba formada por 500 equites, 500 catafractos y 400 sagitarii apoyados por 200 mercenarios alanos.

Nuestra caballeria desplegó en una llanura que se extendía en nuestro flanco izquierdo mientras las legiones ocupaban el centro y los arqueros defendían una zona abrupta que protegía nuestro flanco derecho. Los sagitarii quedarón desplegados completamente a la izquierda ocupando un terreno irregular. Mientras el enemigo desplegó casi toda su infantería en nuestro flanco izquierdo, junto con sus carros, mientras que el centro era ocupado por los aliados iberos protegidos por la caballería y parte de los guerreros galos.

En el inicio de la batalla ordené a nuestras tropas auxiliares que ocuparan un bosque que estaba en el centro de la llanura, mientras la caballería atacaba por la izquierda y la legiones avanzaban por el centro. Pero este plan pronto quedó en nada al ordenar el cobarde galo que su infantería se refugiara en un gran bosque que había en ese flanco izquierdo. Al ver la situación la caballería al completo cambió de plan y se dirigió a su máxima velocidad hacia el flanco derecho.

El bosque central pronto fue ocupado por nuestras tropas auxiliares mientras las legiones se hacían con el centro tras expulsar a los hostigadores enemigos. Mientras la caballería continuaba cabalgando por detrás en busca de enemigos. Pero de nuevo los Iberos, hijos del mismo padre que los galos, ocuparon un terreno abrupto que quedaba frente a las legiones impidiendo el avance de las mismas. Mientras sus hermanos galos en el bosque decidieron, a pesar de los gritos de su caudillo, que el día de lucha no era para ellos y negandose a obedecer se quedaron en el bosque.

Muy seguros se veían los Iberos entre los matorrales cuando el legado tomó la decisión de cargar sobre ellos. La carga fue un autentico desastre y entre los disparos enemigos y el terreno mas propio de canes que de hombres nuestros legionarios estuvieron a un paso de ser exterminados. Pero en ese momento los hados nos sonrieron y la llegada del legado a primera fila, hizo que la sorpresiva derrota pronto se diera la vuelta acabando en una masacre de Iberos ante los ojos del caudillo galo, que por otro lado jamas debió abandonar su hogar para luchar contra la invencible Roma. Corona ganada por los bravos hombre de la VII y su triunfante legado.

Abierto el centro la caballería entro en batalla exterminando a los galos de la derecha en una batalla en la que, como recordarán las generaciones venideras, la caballería Romana llego cuando debía, esto es cuando el enemigo estaba en franca retirada. Esta última actuación de la caballería junto con dos cargas de los sagitarii que consiguieron acabar con los hostigadores enemigo pusieron fin a la batalla con una aplastante victoria romana. Como dijo el caudillo Diegotrix nunca unos Galos podran derrotar a Roma hasta que el reglamento cambie, y aun entonces les estaremos esperando.

Los guerreros vencidos fueron crucificados de forma concienzuda, mientras violamos a sus mujeres y nos comimos su ganado una vez logramos diferenciar a las primeras de los segundos, tarea que por Jupiter no fue fácil.

Vae Victis.
Espliego

"Todos los hombres pueden caer en un error; pero sólo los necios perseveran en él."

Avatar de Usuario
Catedrático
Centurion
Centurion
Mensajes: 378
Registrado: Lun Ago 08, 2011 7:42 pm

Re: RESULTADOS DE LAS GUERRAS DEL MEDITERRANEO

Mensaje por Catedrático » Vie Ago 10, 2012 9:18 pm

La batalla de Baecula

Los sufetes de Cartago, ante la falta de resultados en Italia, decidieron enviar a su general Ramon-Bal a Hispania con la misión de someter a las tribus íberas aliadas a Roma y así debilitar a su rival. El emperador envió en su auxilio al general Catedraticus y sus legiones, los cuales se enfrentaron al ejercito cartaginés en el valle del Guadalquivir, en las cercanías de la ciudad de Baecula.

El ejercito cartaginés desplegó a lo largo de una gran llanura. Su centro estaba compuesto por una gran cantidad de lanceros veteranos púnicos, algunos infantes pesados latinos y elefantes. Protegía su flanco derecho con campos dispersos ocupados por guerreros íberos aliados y en su flanco izquierdo dispuso el grueso de su caballería: jinetes libios bien equipados y jinetes hispanos.

El ejército romano desplegó con el centro ocupado por sus legiones, sus auxiliares en su flanco izquierdo y sus unidades de hostigadores en su flanco derecho junto con una unidad de arqueros. En reserva quedaba su caballería romana y sus clibanarii, los “portadores de hornos”: caballeros y caballos equipados con armadura completa, cociéndose en su propio jugo bajo el inclemente sol de la región.

Ambos ejércitos avanzaron. Catedraticus envió a la caballería romana al flanco izquierdo para apoyar a sus auxiliares frente a los íberos y a los clibanarii a cubrir el flanco derecho frente a la caballería púnica mientras sus arqueros se ocultaban en una hondonada cercana. Los jinetes libio fenicios junto con la mitad de los hispanos se enfrentaron a los clibanarii. En el tremendo choque los hispanos fueron barridos por la acometida de los pesados jinetes, logrando los libios mantener la posición.

En el centro una parte de la línea cartaginesa se adelantó y cargó valientemente contra las legiones. A pesar de encontrarse en franca inferioridad numérica hicieron gala de una disciplina admirable, oponiendo un muro de lanzas que los legionarios no eran capaces de superar.

En el flanco derecho proseguía el combate de caballerías. Los clibanarii no conseguían romper a los libios y los jinetes hispanos que quedaban se dirigían a su desprotegido flanco. Pero los arqueros romanos salieron de la hondonada en la que estaban ocultos y dispararon contra ellos junto con el resto de las tropas ligeras. Un autentico aluvión de proyectiles impactó contra ellos y rompió sus líneas, haciendo imposible que los jinetes pudieran distinguir las ordenes de sus jefes entre los gritos de dolor de sus compañeros.

En el centro ante el ejemplo de sus lanceros el resto de la infantería y los elefantes cargaron contras las legiones. Pero en medio de su entusiasmo descuidaron su disciplina y abrieron diversos huecos en sus filas que ante el empuje de los soldados romanos pronto se convirtieron en grietas, luego en brechas…hasta que finalmente sus aliados latinos huyeron cobardemente, lo que provocó una desbandada general que hizo que su debilitada línea central desapareciera… a excepción de los lanceros adelantados, que admirablemente siguieron combatiendo hasta el final.

Tras la derrota del ejército cartaginés se buscó entre los muertos el cuerpo de su general, pero no se halló ni rastro de él. Catedraticus pensó que este general era como un espectro vengativo enviado por el dios Baal, parecía que nunca lograrían librarse de su amenaza. Pero en medio de las aclamaciones de sus hombres desechó esos negros pensamientos.

La victoria era de nuevo para Roma.
"Los hombres civilizados no son tan corteses como los salvajes, porque, en general, saben que pueden mostrarse groseros sin que les partan el cráneo" - Robert E. Howard

Avatar de Usuario
Catedrático
Centurion
Centurion
Mensajes: 378
Registrado: Lun Ago 08, 2011 7:42 pm

Re: RESULTADOS DE LAS GUERRAS DEL MEDITERRANEO

Mensaje por Catedrático » Lun Sep 03, 2012 8:14 pm

La batalla de Cinoscéfalos

Las ciudades-estado griegas, deseosas de librarse del dominio macedónico y de su monarca Filipo VI "Culebrarca", enviaron una delegación a Roma y a su emperador para solicitar su ayuda y protección. Nuestro amado emperador tras escuchar a los enviados les hizo una oferta que no pudieron rechazar y las legiones romanas al mando del legado de la legión Cayo Junio Catedraticus desembarcaron en Grecia y se adentraron en Macedonia. Filipo VI, conocedor del obsequio que le traían sus amados súbditos, les esperaba en las llanuras de Tesalia, al lado de la sierra de Cinoscéfalos. Allí argumentaron quién sería el “protector” de las ciudades griegas.

Los argumentos de Filipo se basaban en la conocida formación del yunque-martillo, con su yunque compuesto por los afamados piqueros macedónicos desplegados en línea a lo largo de la llanura y su caballería pesada de Compañeros en su flanco derecho como martillo. Una unidad de arqueros a caballo escitas cubría su flanco izquierdo y dos unidades de elefantes formaban su reserva. Diversos hostigadores, la mayoría a pie, completaban el ejército.

Para hacer frente a estos argumentos Catedraticus dispuso a sus veteranas legiones desplegadas en el centro en tres bloques distintos. A cierta distancia, en su flanco izquierdo, se encontraba una extensión de viñedos que ocupó con sus arqueros y su flanco derecho quedó cubierto con sus auxiliares. La caballería, compuesta por jinetes romanos y acorazados clibanarii, quedaba en reserva. Varias unidades de jinetes ligeros y honderos apoyaban al ejército.

Ambos ejércitos se pusieron en movimiento y los primeros proyectiles se dispararon. En el flanco derecho romano sus unidades ligeras tuvieron que retroceder ante el avance de los arqueros a caballo escitas hasta que estos quedaron posicionados frente a los auxiliares, deteniéndose el avance pero no las flechas, que continuaron lanzándose por parte de ambos bandos. El fuego romano hizo estragos entre las filas escitas y los supervivientes huyeron para salvar la vida.

En el flanco izquierdo romano sus hostigadores desorganizaron el avance de la caballería macedónica de Compañeros. Sus mejores hombres, su Agema, quedaron adelantados al resto del ejército en el hueco creado entre las legiones y el cercano campo de viñedos , con lo que se encontraron en solitario frente a toda la caballería romana de la reserva. El resto de Compañeros quedaron posicionados justo enfrente de los viñedos…y de la unidad de arqueros romanos que los ocupaba, que comenzaron a disparar a discreción contra ellos. Sin espacio para maniobrar entre los hostigadores romanos y la Agema, aguantaron cuanto pudieron la letal lluvia hasta que su ánimo desfalleció y huyeron del campo de batalla.

Ante la proximidad de las legiones romanas en el centro Filipo VI dividió su larga línea de piqueros en tres partes: sus mejores hombres, los Argyraspides, se posicionaron frente a las legiones de la izquierda romana y frente a las de la derecha envió en su apoyo a la mitad de sus elefantes. El resto de sus elefantes fueron enviados a ayudar a su Agema frente a la caballería romana.

En un culmen de valentía y locura los clibanarii romanos cargaron impetuosamente contra la Agema macedónica y los elefantes, logrando contenerlos a pesar de la dureza del combate, mientras el resto de la caballería romana rodeaba al Agema para poder atacar su desprotegido flanco. Los clibanarii debían resistir…

En el centro los tres cuerpos de legionarios romanos lanzaron sus pilum contra los erizos de púas metálicas y elefantes que se les oponían y con sus centuriones y tribunos al frente se abalanzaron contra ellos. Ríos de sangre regaban la llanura mientras unos presionaban y otros aguantaban, en un combate en el que los dioses todavía no se pronunciaban. Los auxiliares romanos del extremo derecho, libres de la amenaza de la caballería enemiga, se desplazaban rápidamente al centro para ayudar a las legiones.

En el extremo izquierdo la caballería romana cargó finalmente contra el flanco de la Agema. Se produjo una tremenda confusión en la melee resultante y mientras los elefantes enemigos ponían en fuga a los clibanarii y chocaban contra los arqueros romanos del viñedo la desorganizada Agema combatía contra los jinetes romanos sin un ganador claro.

En el resto del campo de batalla si había un ganador claro: las legiones romanas estaban devastando al ejército enemigo. Los piqueros Argyraspides habían roto sus líneas frente al empuje legionario y estaban a punto de ser arrollados. El resto de los piqueros estaba diezmado o en fuga. Hasta los elefantes estaban a punto de ser aniquilados.

Filipo VI sabía que la batalla estaba perdida y, deseoso de salvar a sus hombres, envió un mensajero al mando romano solicitando la rendición, que fue aceptada. El ejército macedónico depuso las armas y su rey tuvo que aceptar las duras condiciones de paz impuestas por el emperador romano.

Se dice que en la tienda de Catedraticus, tras la firma del tratado, este llamó a sus ayudantes y les pidió que trajeran unas copas con vino. Filipo, desdeñoso, le preguntó mientras les servían:
- ¿Queréis brindar por la paz? ¿Por la amistad entre nuestros pueblos?
Catedraticus le observó en silencio y finalmente respondió:
- Vos, Filipo, sois un rey pero también un soldado, al igual que yo. Y lo que de verdad desea un buen soldado es un gran enemigo al que combatir. Así que, como soldado, os responderé… ¿Paz? ¿Amigos? ¡Por Júpiter, os propongo brindar por ser enemigos!
- ¡Por Zeus, que brindaré por ello! - contestó Filipo.
Y ambos chocaron sus copas y bebieron, sabiendo que tarde o temprano volverían a enfrentarse.
"Los hombres civilizados no son tan corteses como los salvajes, porque, en general, saben que pueden mostrarse groseros sin que les partan el cráneo" - Robert E. Howard

Cerrado

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 11 invitados