Test del escenario el asalto al poblado de las reglas completas). Partida a 1000 puntos.
La legión ataca con apoyo de una harka amiga, un tanque Renault y dos pasadas de aviones Breguet XIV..
Tanto el atacante como el defensor tienen opciones tácticas para el despliegue.
La legión elige marcha de flanco para su capitán con la harka amiga, mientras que los Rífeños eligen despegue oculto.
La batalla comenzó con el tanque avanzando en movimiento continuo para ser un blanco más difícil.
Los rífeños tenían oculto un cañón que pronto salió de su escondite para disparar al tanque. En su primer intento no fue capaz de localizarlo y falló el tiro, descubriendo su posición.
Los legionarios avanzaron a paso ligero contra el cañón. Los legionarios siempre buscan el choque.
Aún así los artilleros rífeños tienen tiempo de volver a disparar al Renault y la Baraka les Sonríe. El tanque es destruido.
Su valiente y buen líder, el teniente Díaz avanza y dispara con una escuadra. Pero era una trampa porque tras el cañón había oculta una ametralladora pesada Mora cubriéndolo. Ocurre la fatalidad y muere heroicamente el teniente y su escuadra cuando aprovechan los rífeños el momentum para salir de sus escondites y hacer fuego concentrado sobre ellos.
Cuando parecía que el plan rifeño había funcionado cambiaron las tornas. Con los rífeños agotados llegó el primer ataque aéreo. El piloto decidió hacer un ataque suicida, una cadena, el ataque a la española a muy baja altitud. Mientras el copiloto ametrallaba a las unidades rífeñas, causaba terror. El ametrallamiento hizo muchas bajas rífeñas y la bomba final acertó de pleno sobre el mismo Caíd rifeño. El valiente Caíd impactó con su revólver 2 veces al avión, sin efecto.
Entonces llegaron las tropas de la marcha de flanco y la escuadra legionaria hermana de sangre que acababa de ver morir a sus compañeros salió de su cobertura en una carga legendaria. Primero asaltó y aniquiló a la dotación del cañón tras los muros del pueblo, luego entró en la aldea para aniquilar a la ametralladora con la bayoneta calada. Y exhaustos tomaron una casa prominente en el centro de la aldea. En Baraka se pueden hacer acciones heroicas mientras aprovechas el momentum. Pero las tornas cambian. La guerra del Rif es una guerra de héroes.
El Jamsin (segundo al mando) consigue recuperar el orden de las tropas supervivientes. Y llegan refuerzos.
Suenan los tambores de guerra y el ruido ensordecedor de la caballería rífeña que se acerca con sus sables al viento. Cargarán a los traidores de la harka amiga a España que se aproximan de flanco sobre la aldea. A pesar de las bajas que les inflige el fuego de reacción consiguen llegar al cuerpo a cuerpo y ponen en fuga a una escuadra enemiga. Volverán a hacer una segunda carga delante de las narices del capitán y su otra escuadra para acabar con la escuadra en fuga. Una escuadra rífeña de refresco les cubre y hace bajas al equipo del capitán español, que hace gala de la carta de personalidad que obtuvo al inicio de la partida “líder discutido” y acaba la batalla corriendo por salvar su vida mientras le persigue la caballería.
Tras esa acción la escuadra rífeña de refresco asalta con la gumia en mano a los legionarios exhaustos del pueblo y no hay cuartel.
La legión ya no podrá tomar la aldea esta vez.
Pero el Breguet se tomará venganza con una segunda pasada, esta vez de ametrallamiento.
Se cobra la vida del Jamsin y de otros 6 soldados, aunque esta vez el fuego defensivo dejará herido al copiloto.
Una partida fantástica con Culebras y Artiro.